La limpieza más adecuada para una alfombra dependerá del tipo de tejido y de su tamaño. Lo más importante es mirar las especificaciones del fabricante, aconsejan desde La Mallorquina. “Si claramente dice que el lavado es en seco, no tenemos más opción que llevarla a la tintorería”, agregan.

Por lo contrario, si hay alternativa al lavado en seco, entonces habrá que recurrir a la tintorería si es de dimensiones grandes, más que nada por comodidad. Si la alfombra es pequeña y dúctil se puede lavar en casa, pero siempre a mano y con detergentes suaves. El secado deberá ser al aire libre para que las fibras recuperen su consistencia de forma natural.

Lo ideal es llevar la alfombra a la tintorería una vez al año para una limpieza profunda, matiza Jordi Palau, vicepresidente del Gremi de Tintorers i Bugaders de Barcelona. Hay distintos sistemas de lavado y no todos valen para todas las alfombras. “Muchas se lavan con agua y jabón, luego se aclaran, se escurren y pasan a un secadero. Pero hay otras que requieren de una limpieza en seco, con rotativas, etcétera”, explica Palau, que es también propietario de Tintorerías Solanes.

La alfombra, en casa o en cualquier sitio, lo que necesita con frecuencia es un buen aspirado para que no se le vaya acumulando el polvo, porque sino puede convertirse en un nido de suciedad difícil de quitar. Los tintoreros recomiendan aspirar las alfombras todos los días. Pero, como a veces no hay tiempo suficiente, el mínimo sería, según Leroy Merlin, hacerlo 1 o 2 veces por semana. ¿Y cómo? Lo más importante es que el aspirador tenga una buena succión para aspirar lo más profundo posible, como los que tienen un cepillo giratorio, agrega Palau.

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