Hace unos días hubo un barullo en torno al ex bailarín Fabricio Vasconcellos por la venta de unos terrenos con fines habitacionales, cuando sólo son de uso agrícola. Antes, el ex jugador de fútbol Javier Margas fue acusado de ingresar con una retroexcavodora a una propiedad, pese a que dice ser legalmente el dueño.

Las cosas tienen un problema similar: los compradores no pidieron los documentos necesarios para saber si la propiedad tenía sus papeles en regla y que le aseguraran que el negocio saliera bien.

Ocurre que lo único que pide el Conservador de Bienes Raíces para inscribir una nueva vivienda son tres documentos: la escritura de compraventa, el certificado de dominio vigente (porque allí consta dónde está inscrita la propiedad previamente) y el rol de avalúo del Servicio de Impuestos Internos. De allí la importancia de pedir los otros documentos que sirven para resguardarse de que la transacción no tendrá problemas.

El primer paso.- Lo mínimo que se debe pedir es el estudio de título ya que permite tener la base legal de la vivienda. Este incluye una serie de certificados que se solicitan en el Conservador de Bienes Raíces. El primero es el de dominio vigente, documento que acredita que quien vende la propiedad es el dueño.

También debe contener el certificado de inscripción de dominio del inmueble a diez años. Se hace esta investigación hacia atrás porque ese es el plazo máximo para prescripción en caso de haber algún problema.

Para averiguar si la propiedad tiene una hipoteca o está embargada, por ejemplo, no debe faltar el certificado de hipotecas y gravámenes. Éste es un registro especial del Conservador y permite saber si sobre la propiedad hay algún gravamen o esta imposibilitado de venderse.

Los trámites los puede pedir cualquier persona en forma presencial u online. De hecho, el Conservador de Bienes Raíces de Santiago permite pedir una “Carpeta de títulos últimos diez años”, donde incluye el certificado de dominio vigente y de gravámenes por $13.500, que suelen solicitar los bancos para otorgar créditos. Sólo debe tener la foja, el número y año de inscripción de la propiedad consultada.

No obstante, a veces puede resultar engorroso, porque pueden arrojar datos erróneos.

Los otros certificados que necesita son:

Se recomienda pagar el pie o el valor de la propiedad con un vale vista notariado donde se deje constancia que pueda cobrarse una vez que esté bien inscrito en el Conservador de Bienes Raíces.

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